SAN JUAN, PR –  Uno de los trabajos que yo más admiro es el de los basureros. Sí, esos que se suben a un camión de basura por la madrugada, y hacen su ruta vaciando los zafacones de la gente. Es una labor necesaria, que mejora nuestra calidad de vida y además contribuye a un ambiente más limpio y recogido. Pero más allá de todo eso... ¡es que yo sé lo apestoso, sucio y horrible que es ese asunto! Lo sé por cuenta propia, nadie me lo contó. ¡Y es que los investigadores privados somos expertos en meternos en la basura de la gente!

Que conste, aquí no estoy hablando de entrar a propiedad privada sin autorización. Estoy hablando de los contenedores de basura que están en las afueras de casas y negocios, en lugares de acceso público, y que por lo general también son los que más apestan. ¿Por qué los investigadores nos ponemos a rebuscar basura? Ustedes se sorprenderían de saber toda la información que podemos encontrar en la basura de alguien. Y al final del día ese es el trabajo del investigador - recopilar información.

En el proceso de una vigilancia uno de los detalles que se recopilan es el día de recolección de basura. Por lo general, la noche antes es cuando la basura se saca y se deja accesible para el camión de basura. Ahí es que los investigadores nos ponemos guantes, ropa vieja y zapatos dañados, y nos vamos armados de bolsas plásticas, linternas, marcadores y cámaras para recoger evidencias. Obviamente, también tenemos mucho gel antibacterial para las manos (y todo lo demás).

Una de las principales evidencias que se encuentran en la basura son documentos. La gente bota papeles como loco, y entre esos papeles encontramos estados de cuenta bancarios, estados de tarjetas de crédito, notificaciones de pagos tardíos, recibos de compras, cartas del seguro social y más. Con eso se puede reconstruir la vida e historia financiera de un individuo, dónde estaba en diferentes momentos, cuáles son sus hábitos y con quiénes se asocia. En algunos casos, encontramos que la persona que está viviendo en el lugar no es quien pensábamos.

La basura puede reflejar otras situaciones que resultan importantes en diferentes casos. Por ejemplo, el investigador TJ Ward, del estado de Georgia, trabajaba un caso de custodia legal de un menor. Ward encontró que durante los periodos de tiempo cuando el menor estaba en la casa de la otra persona la basura reflejaba cuantiosas cantidades de botellas de vodka. Gracias a que pudo probar que esto era un patrón en la basura, su cliente pudo probar que esa otra persona no estaba apta para cuidar del menor y ganó el caso.

En fin, los investigadores privados somos expertos en bucear en la basura ajena. No es la parte más glamorosa de la carrera, ni la que mejor huele, pero es necesaria. Un buen investigador sabe qué buscar, y reconoce evidencias importantes rápidamente. La búsqueda de información es lo más importante para el investigador, y se hace lo que hay que hacer aunque no sea lo que más nos guste. Al final del día, es posible que entre la comida podrida y los pañales sucios de la basura del vigilado encontremos esa carta, boleto o recibo que resuelve el caso.

Fernando Fernández,  PI, BAI, CCDI, CDRS, CII, CAS, CHS-II

Presidente - Covert Intelligence, LLC

Fernando Fernández se dedica a la investigación privada en el Caribe desde hace más de 10 años con su compañía Covert Intelligence, LLC. Además de ser experto en investigaciones tecnológicas y de informática forense, se especializa en lenguaje corporal y micro/macro expresiones, investigaciones criminales, y ofrece seminarios sobre el arte de la interrogación. Es autor de la novela "Paradise Undercover", basada en sus experiencias en investigaciones en el Caribe, y de la libreta "El Arte de Detectar Mentiras".

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