SAN JUAN, PR – Febrero 2018 –  Hoy día todo el mundo se considera un experto en las redes sociales, porque todo el mundo las usa. Hay quien prefiere Facebook, otros Instagram, la juventud está pegada a Snapchat, y Twitter es la plataforma preferida del presidente de E.E.U.U. Aquí en Puerto Rico WhatsApp es el sitio donde los políticos meten la pata.

Sin embargo, nosotros los investigadores privados conocemos bien la diferencia entre un usuario y un verdadero experto. Pasarse la vida metido en las redes sociales no le da a nadie la experiencia que los investigadores necesitan para poder decir que se especializan en ese campo. De hecho, hay muy pocos investigadores que pueden asegurar tener esa especialización, porque un investigador de redes sociales hace más del 90% de su investigación por ese medio.

Los investigadores especializados en redes sociales saben cómo indagar a fondo la vida e historia de cualquier individuo solamente por sus perfiles de usuarios. Desde su color favorito, quién fue su maestra de tercer grado, dónde viven sus abuelos, y qué vehículo usa, hasta saber exactamente cuándo, dónde y con quién vacacionó hace tres años y si le está siendo infiel a su pareja. Estas investigaciones requieren que el profesional sepa distinguir entre las diferentes plataformas de redes sociales, cómo funcionan y lo que se puede encontrar en cada una de ellas. La atención al detalle es también de suma importancia, ya que muchas veces la información no está disponible fácilmente y hay que saber cómo buscarla.

El entrenamiento de los investigadores de redes sociales es exhaustivo y constante. Siempre hay alguien que sabe más del tema, y hay que estar dispuesto a aprender cosas nuevas todo el tiempo. Además, las redes sociales cambian constantemente. En cada actualización hay capacidades y procesos nuevos que hay que saber manejar para continuar investigando. Aunque hay certificaciones disponibles, como por ejemplo la del Instituto McAfee, el buen investigador de redes sociales sigue aprendiendo por su cuenta. Son horas y horas de estar sentado frente a un monitor, buscando y buscando información como agujas en un pajar.

Gracias a la evolución de las redes sociales, los programas de investigación de los mismos también han evolucionado. Son herramientas que un experto puede usar para facilitar parte del trabajo. Específicamente, hay programas que asisten en la extracción y análisis de metadata (códigos de programación insertados en todo lo que es electrónico, incluyendo los "posts" de redes sociales). La metadata contiene información sobre quién subió la data, cuándo y dónde, y una huella digital del contenido. Obviamente los programas que ayudan a extraer esa metadata no son fáciles de usar y su complejidad implica que solo los expertos los saben usar para su beneficio.

Creo que ha quedado claro que ser un investigador privado especializado en redes sociales no es cualquier cosa. Para los que hacemos investigaciones más abarcadoras y que incluyen otros elementos y técnicas, contar con un colega que se especialice en las redes sociales es una gran ventaja. Estos recursos simplifican muchas partes de la investigación, ahorrándonos tiempo y dinero. Las redes sociales han cambiado la manera en que los investigadores accedemos la información de un individuo o compañía. Los investigadores que se dedican a esa rama de la investigación son escasos, importantes, y a mi entender, son parte de una realidad que no va a cambiar. Las redes llegaron para quedarse. Hay que aprender a bregar con ellas, o contar con buenos recursos que lo sepan hacer.

Fernando Fernández,  PI, BAI, CCDI, CDRS, CII, CAS, CHS-II

Presidente - Covert Intelligence, LLC

Fernando Fernández se dedica a la investigación privada en el Caribe desde hace más de 10 años con su compañía Covert Intelligence, LLC. Además de ser experto en investigaciones tecnológicas y de informática forense, se especializa en lenguaje corporal y micro/macro expresiones, investigaciones criminales, y ofrece seminarios sobre el arte de la interrogación. Es autor de la novela "Paradise Undercover", basada en sus experiencias en investigaciones en el Caribe, y de la libreta "El Arte de Detectar Mentiras".

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