SAN JUAN, PR – Febrero 2018 –  Cuando ocurre un accidente de tránsito las cosas se deben dejar como están, moviendo lo menos posible para que cuando los investigadores de la policía lleguen al lugar del accidente puedan reconstruir lo que pasó. Se supone que todos los que transitan las calles sepan esto. En la mayor parte de los casos esta directriz se respeta. Pero, ¿sabemos qué es lo que el investigador va a examinar?

Más que la posición de los vehículos, o los daños a los mismos, la evidencia más contundente sobre la secuencia de los hechos es la posición de las huellas dejadas por las gomas (llantas) de los vehículos envueltos. La identificación apropiada de estas huellas o marcas en el pavimento o en las áreas verdes es una parte crucial de cualquier investigación de accidente de tránsito. Las huellas de las gomas le dicen al investigador qué hizo cuál conductor antes y después del accidente. Con ellas se puede determinar el punto de impacto. También determinan la fórmula matemática a usarse para calcular las velocidades envueltas. Por ejemplo, si un vehículo dejó una huella de goma de 150 pies en una carretera pavimentada antes de salirse de la vía de rodaje y la huella es del tipo de deslizamiento lateral, se puede concluir que el vehículo llevaba una velocidad de 48 millas por hora antes de perder el control. Si por el contrario la huella es del tipo de patinaje o resbalón directo, la velocidad del vehículo era de 56 millas por hora. Una diferencia de 8 mph puede no parecer mucho, pero es de mucha importancia si el límite de velocidad en el área era de 40 mph.

Como pueden ver, el tipo de huella es muy importante a la hora de evaluar la evidencia. Hay diferentes tipos de huella dependiendo del comportamiento del vehículo. Por ejemplo, una huella tipo rasguño es resultado de un vehículo en rotación o una goma vacía. Una huella de deslizamiento lateral se produce cuando el resbalón es hacia el lado, paralelo al eje de las gomas. La huella de patinaje o resbalón directo es resultado de las gomas paralizadas cuando se aplica el freno. Hay unas huellas que indican cuando una goma se paraliza por algún daño, y no por el uso del freno, y finalmente una goma en movimiento deja una huella que la identifica por las marcas de fábrica.

¿Cómo se sabe qué goma dejó la huella? Por la evidencia que la superficie de la vía de rodaje deja en la goma. El pavimento puede dejar material incrustado en la goma, o la grama, nieve o agua pueden señalar qué goma le pasó por encima. A veces las gomas se calientan tanto que dejan parte de su material en la superficie del pavimento, o por el contrario, causan que el pavimento pierda material a su paso.

Todo buen investigador debe estar al día en su entrenamiento para evaluar la evidencia de las huellas de gomas en la carretera. No es lo mismo ver que un accidente ocurre porque el conductor perdió el control sin razón aparente, que ver que el accidente ocurrió porque al conductor se le explotó una goma. Si la goma se explotó pero el conductor iba con una velocidad normal, eso es muy distinto a que se le explote la goma cuando iba a exceso de velocidad. La responsabilidad de culpa en cada caso debe ser documentada y válida si el caso se presenta en corte.

Personalmente, cada vez que paso por un accidente y oigo a alguien hacer un comentario sobre lo que pasó basándose en dónde fue el cantazo, o como quedó el carro, me da grima. Llegar a conclusiones sin saber cómo evaluar los hechos es irresponsable y peligroso. En muchas ocasiones los accidentes son graves y hay vidas envueltas. Determinar quién tiene la responsabilidad del accidente es un asunto serio, que puede tener graves consecuencias para los involucrados, tanto los que causaron el accidente como las víctimas inocentes.

Fernando Fernández,  PI, BAI, CCDI, CDRS, CII, CAS, CHS-II

Presidente - Covert Intelligence, LLC

Fernando Fernández se dedica a la investigación privada en el Caribe desde hace más de 10 años con su compañía Covert Intelligence, LLC. Además de ser experto en investigaciones tecnológicas y de informática forense, se especializa en lenguaje corporal y micro/macro expresiones, investigaciones criminales, y ofrece seminarios sobre el arte de la interrogación. Es autor de la novela "Paradise Undercover", basada en sus experiencias en investigaciones en el Caribe, y de la libreta "El Arte de Detectar Mentiras".

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