SAN JUAN, PR – Julio 2017 –  Cuando yo comencé en la carrera de la investigación privada, mi temor más grande era quedarme encajonado haciendo "casos de cuernos" toda mi vida. Esa era, y es, la percepción del público en general: que los investigadores lo único que hacen es investigar casos de infidelidad. Ahora, luego de tantos años de carrera, puedo decir con toda sinceridad que eso no es así. El porcentaje de casos de infidelidad que trabajamos en Covert Intelligence, LLC es mínimo, y los casos de este tipo que aceptamos tienen que seguir una serie "reglas" o expectativas muy definidas.

Ahora bien, esto no quiere decir que no tengamos un gran número de personas que llegan a la oficina buscando ese tipo de servicio. Hay muchísimos casos donde una persona quiere conseguir evidencia de que su pareja le es infiel. Están seguros de que esto está sucediendo, y lo que necesitan es un retrato, un reporte o simplemente la palabra del investigador que les certifique y valide sus sospechas.

El problema para el investigador es que debe asegurar varias cosas antes de enfrascarse en una investigación de infidelidad: la validez del caso, las posibilidades de éxito de la investigación, y el uso correcto de las evidencias encontradas. Esto último es importante porque es lo propio desde el punto de vista de la ética de nuestra profesión.

Para validar el caso se pueden usar unos parámetros como los siguientes:

• Asegurar que el/la cliente está legalmente casado(a) con la persona a investigar, y que no están en un proceso de separación que incluya una cláusula de "no interferencia" o alguna ley de protección.

• Exigir que el/la cliente tenga representación legal.

• Interrogar al/a la cliente de manera que podamos evaluar la posibilidad de éxito de la investigación, y no aceptar casos donde esta posibilidad no esté presente.

• Establecer las reglas en un contrato firmado por el/la cliente, donde la persona acepta no interferir con la investigación de ninguna manera, incluyendo invadir la privacidad del investigado(a) o divulgar información sobre la investigación a terceros antes de la conclusión de la misma.

• Los resultados se discuten con el cliente, pero la entrega de evidencias se debe hacer con la representación legal del cliente presente.

• Los costos del servicio se discuten por adelantado, se aceptan por escrito, y la porción de retenedor se paga antes de comenzar la investigación.

• Si el/la cliente cambia de opinión y decide cancelar la investigación, es responsable por todos los gastos y costos incurridos en la investigación hasta ese momento.

• Si la persona investigada ya fue investigada por otro profesional, esa información debe ser divulgada antes de comenzar la investigación nueva, junto con cualquier reporte de la investigación previa.

• Los límites de la investigación, así como las acciones que se consideran legales y éticas serán discutidos previo a comenzar el trabajo.

Ustedes se preguntarán por qué tanta regla y especificación antes de aceptar un servicio de investigación de este tipo. Después de todo, ese es nuestro trabajo: investigar. Lo que sucede es que cuando se trata de una investigación de una posible infidelidad, las emociones están a flor de piel. El o la cliente muchas veces viene motivado(a) por celos, rencores, despecho, etcétera. Estas emociones no son las mejores consejeras a la hora de tomar decisiones. Estos clientes vienen con expectativas, que muchas veces son irreales, sobre el tiempo que toma este tipo de investigación, hasta dónde el investigador va a llegar para obtener las evidencias, y muchas otras cosas. En ocasiones los clientes cambian de parecer a mitad de la investigación: ya no quieren saber si les están siendo infiel o no, o los convencieron de que estaban inventándose el problema. Por último, en muchos casos los resultados de este tipo de investigación demuestran que el o la investigada no está siendo infiel, y el/la cliente no lo quiere creer o aceptar y culpa al investigador de no hacer bien su trabajo.

Fernando Fernández,  PI, BAI, CCDI, CII, CAS

Presidente - Covert Intelligence, LLC

Fernando Fernández se dedica a la investigación privada en el Caribe desde hace más de 10 años con su compañía Covert Intelligence, LLC. Además de ser experto en investigaciones tecnológicas y de informática forense, se especializa en lenguaje corporal y micro/macro expresiones, investigaciones criminales, y ofrece seminarios sobre el arte de la interrogación. Es autor de la novela "Paradise Undercover", basada en sus experiencias en investigaciones en el Caribe.