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TRÁGICO PERO NECESARIO - INVESTIGACIONES SOBRE ABUSO A ENVEJECIENTES
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SAN JUAN, PR – Diciembre 2017 –  Hace tres o cuatro generaciones atrás ser viejo pasaba mucho antes en la vida. La expectativa de vida era más corta. Las personas se retiraban entre los 50 y los 60 años porque después de eso no les quedaba mucho tiempo. La medicina moderna cambió ese panorama y hoy en día todos esperamos vivir hasta los 80 por lo menos. Lo que no ha cambiado es que el cuerpo envejece, y envejecer acarrea una serie de problemas de salud corporal, mental y emocional. Las personas mayores muchas veces quedan a la merced de que un ser querido los cuide y les provea lo necesario para poder subsistir. Aun si tienen los recursos para un retiro digno, es posible que alguien de su familia tenga que encargarse de la administración de esos fondos porque la persona ya no puede hacerlo solo.

Para los investigadores privados esta es una triste realidad - los envejecientes son uno de los grupos más frágiles y, desafortunadamente, con mayor riesgo de ser abusados.

La Organización de Salud Mundial define el abuso de envejecientes como "un acto o el dejar de tomar una acción apropiada, sea único o repetido, que ocurre en cualquier relación donde hay expectativas de confianza, que le causa daño o angustia a un(a) envejeciente." Los casos de abuso más obvios son los causados por algún familiar o por el cuidador del envejeciente, pero hay muchos casos de víctimas por causas financieras. De acuerdo al Centro Nacional Sobre Abusos Al Envejeciente, uno de cada diez adultos mayores experimenta algún tipo de abuso en los Estados Unidos, pero menos del 20% se reportan.

Las investigaciones comienzan con la sospecha de algún cliente que observa cambios en el adulto mayor, tales como cambios de personalidad, golpes y moretones sin explicación, historias conflictivas sobre cómo sucedió algún golpe, discusiones entre el adulto mayor y la persona que lo cuida, aparente exceso de medicación y por pérdidas financieras sin explicación.

Estas investigaciones son delicadas, ya que muchos envejecientes tienen la predisposición a caerse, problemas de balance, y además pueden olvidar las cosas. El investigador tiene que caminar una línea muy fina entre indagar y ofender. Hay que tener mucho respeto por el adulto mayor y sus circunstancias, y entender que estas mismas circunstancias lo pueden hacer más susceptible a abusos y a que alguien se aproveche de él o ella.

Mi opinión, y la que siempre le ofrezco a mis clientes, es que es mejor precaver que tener que remediar. Por ejemplo, las personas que se contratan como cuidadores deben pasar una verificación completa de antecedentes, y todas sus referencias también deben ser revisadas y verificadas. Un investigador puede incluso entrevistar pacientes pasados para corroborar lo que el cuidador indica.

En adición, la tecnología ofrece muchas alternativas para monitorear lo que sucede alrededor del envejeciente en todo momento. Cámaras ocultas, micrófonos ocultos y un GPS son algunas de las formas en las cuales el cliente puede tener acceso a lo que ocurre con su adulto mayor.

En el caso de sospechas que tienen que ver con dinero, mi consejo es que se aseguren de tener acceso a la información de las cuentas donde se maneja el dinero del adulto mayor, y estar pendiente de transacciones extrañas. Por ejemplo, balances que no hacen sentido, usos inexplicables de las cuentas, tarjetas de crédito nuevas, cuentas que de momento no se pagan a tiempo y compras de cosas que el adulto mayor no usa o necesita.

Todos esperamos llegar a la edad dorada, donde podamos aprovechar los frutos de nuestro trabajo de toda una vida. Es nuestra responsabilidad entonces atender las necesidades de ese grupo al que aspiramos llegar, protegiéndolos y asegurando su bienestar. Yo espero que eso ayude a que, cuando me toque a mi, disfrutar de mi retiro no implique riesgos y malos ratos sino el disfrute de mi cosecha de vida.

Fernando Fernández, PI, BAI, CCDI, CDRS, CII, CAS, CHS-II

                                                            Presidente - Covert Intelligence, LLC

 

 

Fernando Fernández se dedica a la investigación privada en el Caribe desde hace más de 10 años con su compañía Covert Intelligence, LLC. Además de ser experto en investigaciones tecnológicas y de informática forense, se especializa en lenguaje corporal y micro/macro expresiones, investigaciones criminales, y ofrece seminarios sobre el arte de la interrogación. Es autor de la novela "Paradise Undercover", basada en sus experiencias en investigaciones en el Caribe, y de la libreta "El Arte de Detectar Mentiras".

 

Para más información, o para coordinar una entrevista con Fernando Fernández, puede llamar al

787-603-4504 o enviar un correo electrónico a covertintelligence@yahoo.com.

 

 





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