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¿POR QUÉ LOS INVESTIGADORES USAN LOS GPS?
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SAN JUAN, PR – Mayo 2017 –  En un editorial anterior explicamos que el implantar un dispositivo de GPS, o "Global Positioning Device", en un vehículo privado sin el consentimiento del dueño puede ser perfectamente legal. De hecho, hasta el día de hoy no existe ninguna ley federal que adjudique juicio sobre este tema, por lo cual los jueces de cada estado y jurisdicción tienen la potestad de tomar decisiones sobre la legalidad del asunto.

El argumento de los que quieren evitar que se puedan instalar aparatos de GPS en autos privados es que hacerlo significa una violación a la cuarta enmienda de la constitución estadounidense, que garantiza el derecho a la privacidad, y que la misma no se puede violentar sin una orden judicial. Por su parte, los que defienden el uso de los GPS en sus investigaciones argumentan que colocar un dispositivo GPS en el carro de otra persona, siempre y cuando lo hagan en algún sitio público y no invadiendo la propiedad privada, y consecuentemente rastrear ese vehículo, no invade la privacidad de nadie ya que el vehículo transita por vías públicas donde cualquiera puede verlo y rastrear sus movimientos. En resumen, la decisión final sobre si alguien puede seguirle los pasos a otra persona mientras usa su vehículo privado es del juez que vea el caso.

Antes de pasar juicio sobre quién tiene la razón, creo prudente explicar el por qué los investigadores privados prefieren usar esta herramienta en sus investigaciones, aun estando conscientes de la probabilidad de que su uso cause problemas.

Al hacer una vigilancia, el investigador debe seguir y rastrear al investigado de manera que el mismo no lo sepa. Esto se logra con mucha planificación e investigación sobre los patrones de conducta del investigado, con cámaras de alto alcance, tomando vídeos, y simplemente estacionando un auto cerca de donde está el investigado y vigilándolo por horas. Todo esto es parte del trabajo cotidiano de un investigador, es perfectamente legal, y ocurre desde que existen las investigaciones privadas allá para el siglo 19 (excepto lo de las cámaras y vídeos, obvio, pero ustedes me entienden).

Un dispositivo de GPS le permite al investigador hacer su trabajo sin alertar al investigado de que está siendo observado, y de manera más segura para todos. Hoy en día la sociedad es mucho más temerosa y hostil contra los extraños. Si alguien sospecha que otra persona lo está siguiendo u observando, hay buenas probabilidades de que reaccione de manera violenta. Como dice el investigador privado Eric Echols, de Illinois, "En la sociedad actual las personas pueden sacar una pistola a la menor provocación, por miedo a que alguien los esté siguiendo. [...] Yo pienso que los GPS son herramientas necesarias para los investigadores privados."

Además de mantener al investigador más seguro, el uso de un GPS provee mejor evidencia. La data provista por un GPS es muy concreta y no da lugar a malas interpretaciones. Elimina el error humano sobre el registro de horas, lugares y fechas, elimina los errores por fatiga, y también elimina el elemento humano de juzgar la evidencia.

Adicional a todo esto, el uso de un GPS abarata los costos de la investigación, lo cual redunda en  mejores tarifas para el cliente. Una vigilancia en un centro urbano muy concurrido puede significar más de un investigador por turno. Sin embargo, un solo GPS puede hacer la misma labor. También el usar un GPS le permite al investigador hacer varias labores a la vez, multiplicando su eficiencia.

No hay que perder de vista el hecho de que la interpretación de la data recogida por un GPS no es una labor simple. Se necesita un entrenamiento tecnológico, además de conocimientos de investigación, para poder utilizar los datos de manera correcta y llegar a conclusiones gracias a ellos. Cualquiera puede ponerle un GPS al auto de otra persona, pero eso no significa que ese cualquiera pueda usar la información que recibe del GPS de manera efectiva.

En conclusión, al no tener un estándar de ley federal para manejar el uso de un GPS oculto, no hay manera de conocer las repercusiones que pueden surgir para el investigador y su cliente en caso de una demanda. Pero la realidad es que el GPS no altera en nada la labor de un investigador. Con o sin el GPS el investigado es rastreado, seguido, observado y monitoreado, sin su conocimiento o consentimiento. Siempre y cuando esto se haga en lugares públicos, los cuales incluyen las carreteras, es un trabajo completamente legal. Los investigadores privados conocen las leyes, y saben cómo llevar a cabo vigilancias sin incurrir en violaciones de ley. Un GPS simplemente le hace la vida más fácil al investigador, y abarata los costos de las investigaciones, haciéndolas más accesibles. Cada quién debe decidir si estas ventajas valen el riesgo que implica el uso de los GPS ocultos sin leyes que nos protejan.

Fernando Fernández,  PI, BAI, CCDI, CII, CAS

Presidente - Covert Intelligence, LLC

Fernando Fernández se dedica a la investigación privada en el Caribe desde hace más de 10 años con su compañía Covert Intelligence, LLC. Además de ser experto en investigaciones tecnológicas y de informática forense, se especializa en lenguaje corporal y micro/macro expresiones, investigaciones criminales, y ofrece seminarios sobre el arte de la interrogación. Es autor de la novela "Paradise Undercover", basada en sus experiencias en investigaciones en el Caribe.

Para más información, o para coordinar una entrevista con Fernando Fernández, puede llamar al

787-603-4504 o enviar un correo electrónico a covertintelligence@yahoo.com.

 




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