SAN JUAN, PR – Marzo 2017 – El uso de los retratos de individuos, o de personas que han sido arrestadas, o "mugshots", es una práctica estándar en la identificación de sospechosos en cualquier crimen. Por lo general, se enseñan retratos a posibles testigos oculares, quienes pueden identificar la persona o personas que vieron perpetuar el crimen, o que estaban en los predios justo antes o después. Además de enseñar los retratos, es común que los investigadores hagan preguntas relacionadas al crimen, para tratar de ayudar al testigo a recordar lo que pasó.

Sin embargo, en un experimento social que la universidad de Florida Atlantic llevó a cabo recientemente, se descubrió que la combinación de ese tipo de preguntas con la estimulación visual de los retratos puede llevar al testigo a crear una memoria falsa, donde relaciona el haber visto a la persona del retrato con el crimen cometido, aunque esos hechos no estén relacionados.

Según Alan Kersten, psicólogo y coautor del estudio, los testigos oculares recuerdan el crimen como tal, y pueden además recordar haber visto a alguien antes del crimen en una situación que no estaba relacionada a este, pero, "ellos pueden visualizar estos datos y ponerlos juntos en su mente de manera incorrecta".

El estudio se realizó con 120 personas, donde dos terceras partes eran jóvenes con una edad promedio de 19 años, y una tercera parte con adultos de aproximadamente 71 años de edad. Los retratos usados eran de actores, donde algunos estaban realizando acciones específicas y otros no. Al presentar los retratos en el estilo de "mugshot", tanto los jóvenes como los adultos fallaron en identificar quién hizo qué.

Los envejecientes tendían a cometer más errores en identificar a alguien basados solamente en los retratos. Los jóvenes, por otro lado, cometían errores si los retratos eran presentados mientras se hacían preguntas sobre las acciones realizadas.

El estudio presenta un problema que se conoce desde hace tiempo. De hecho, los investigadores mencionan un ejemplo de cómo estas memorias falsas pueden afectar casos en la vida real, al recordar el caso de Walter Snyder. Snyder fue acusado de cometer una violación en el 1985 por la víctima, quien supuestamente lo reconoció en un retrato semanas después, luego de ver las fotos repetidamente. Luego de siete años preso, fue exonerado gracias a las pruebas de ADN. La víctima dijo que lo que la hizo reconocerlo originalmente fue la forma de sus cejas.

Los investigadores del estudio reconocen que el mismo presenta serias limitaciones. Por ejemplo, los participantes vieron muchas acciones realizadas por varias personas, y esas acciones no tenían nada que ver con ellos ni afectaban en nada sus vidas. Sin embargo, un testigo de un crimen solo ve una acción, y posiblemente es algo que lo marca profundamente. De cualquier manera, entienden que el peligro de crear memorias falsas en los testigos es un asunto serio que requiere mayor investigación. En las últimas dos décadas, se han revertido cientos de convicciones debidas a testimonios de testigos oculares gracias a las pruebas de ADN.

La interrogación de sospechosos, y las entrevistas a testigos, son algunas de las bases de mi trabajo como investigador. Conocer las técnicas correctas es fundamental para poder descubrir la verdad. Yo considero que el trato con los testigos debe ser limitado a los profesionales, y se debe llevar a cabo bajo estrictas condiciones, controladas con bases científicas. La contaminación de la memoria de un testigo puede ser tan detrimental como la contaminación de la escena del crimen, y puede llevar no solo a acusaciones falsas, sino a dejar a los que realmente cometieron el crimen en la libre comunidad.

Fernando Fernández,  PI, BAI, CCDI, CII, CAS

Presidente - Covert Intelligence, LLC

Fernando Fernández se dedica a la investigación privada en el Caribe desde hace más de 10 años con su compañía Covert Intelligence, LLC. Además de ser experto en investigaciones tecnológicas y de informática forense, se especializa en lenguaje corporal y micro/macro expresiones, investigaciones criminales, y ofrece seminarios sobre el arte de la interrogación. Es autor de la novela "Paradise Undercover", basada en sus experiencias en investigaciones en el Caribe.