SAN JUAN, PR – Agosto 2017 –  Dicen que la necesidad es la madre de la invención, y parece que estos prisioneros estaban muy necesitados de escapar. Una docena de prisioneros de una cárcel en Alabama se escaparon cambiando el número de una puerta con mantequilla de maní. El número viejo identificaba esa puerta como una salida al exterior, pero los prisioneros lo cambiaron por el número de una celda. Cuando uno de los prisioneros le pidió a un guardia nuevo e inexperto que lo llevara a su celda, el guardia inadvertidamente le abrió la puerta a la calle.

Una vez les abrieron la puerta, los doce prisioneros pegaron a correr, despojándose de sus uniformes de presidiarios en el camino y usando sabanas para brincar una verja cubierta de alambre de púas. En total el escape les tomó unos diez minutos. El alguacil del condado de Walker, en donde ocurrieron los hechos, el oficial James Underwood, dijo que los prisioneros estaban "locos de atar". "Los prisioneros planifican cómo engañar a los empleados y oficiales de la cárcel todo el tiempo. Hay que estar pendiente. Esta vez se nos pasó, y no voy a inventar excusas," dijo Underwood.

El alguacil dijo que los prisioneros corrieron en todas direcciones, pero todos excepto uno fueron apresados en menos de ocho horas. Al momento de la noticia, el último fugitivo todavía estaba libre. Los once arrestos fueron realizados sin violencia, y el único herido fue uno de los prisioneros que se cortó un dedo en la verja. Los fugitivos tenían entre 18 y 30 años de edad, y tenían cargos pendientes por varios crímenes, desde alteración a la paz hasta intento de asesinato.

El fugitivo que no pudieron apresar, Bradley Andrew Kilpatrick de 24 años, estaba en la cárcel por posesión de marihuana y artefactos relacionados. Ni con un helicóptero lo pudieron encontrar.

"Tomaron ventaja de un joven oficial sin experiencia que no llevaba mucho tiempo en el trabajo. El oficial tenía 150 prisioneros a su cargo," añadió Underwood. Aparentemente llevaban algún tiempo guardando mantequilla de maní de la comida que les servían regularmente en la cárcel. "Los sándwiches de mantequilla de maní son sus favoritos."

Esta noticia parece un chiste, pero la realidad es que cosas como esta suceden a cada rato. La ingenuidad humana es tan grande como su inventiva. Los prisioneros se las inventan todos los días para tener posesión de artículos prohibidos en la cárcel, tales como armas y celulares. De la misma forma, buscan cualquier manera de lograr escapar. Yo jamás aplaudiría que un criminal logre escaparse, y creo que el oficial que los dejó salir merece una reprimenda y algún tipo de consecuencia. Sin embargo, tengo que decir que esos presos se la comieron con su truco de la mantequilla de maní. Los seres humanos nunca dejan de sorprender.

Fernando Fernández, PI, BAI, CCDI, CDRS, CII, CAS, CHS-II

Presidente - Covert Intelligence, LLC

Fernando Fernández se dedica a la investigación privada en el Caribe desde hace más de 10 años con su compañía Covert Intelligence, LLC. Además de ser experto en investigaciones tecnológicas y de informática forense, se especializa en lenguaje corporal y micro/macro expresiones, investigaciones criminales, y ofrece seminarios sobre el arte de la interrogación. Es autor de la novela "Paradise Undercover", basada en sus experiencias en investigaciones en el Caribe, y de la libreta "El Arte de Detectar Mentiras".

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